Viernes, 18 noviembre 2016 02:49
Traducción: Purificación González de la Blanca
Cuando el Premio Nobel de la Paz fue otorgado en 1906 a Theodore Roosevelt (Presidente de los Estados Unidos de 1901 a 1909), el New York Times comentó así la noticia:
"Una amplia sonrisa ilumina la faz de la tierra, cuando el premio ha sido atribuido al ciudadano más belicoso de los Estados Unidos" [1].
Theodore Roosevelt y la diplomacia del garrote
« Habla suavemente y lleva un garrote » (2 septiembre 1901)
Alrededor de un siglo más tarde, un periodista del mismo New York Times se cuestionaba:
« Entonces, ¿qué piensa del presidente Obama con el Premio Nobel de la Paz? Estoy confundido [...]. Qué ha hecho? [...] Creo que habría sido lógico esperar y dar a Obama el Premio Nobel de la Paz en su octavo año en el cargo, después de que en realidad él hiciera efectivamente la paz en alguna parte » [2].
Se trataba con seguridad del Premio Nobel de la Paz atribuido al presidente Barack Obama en 2009 "por sus esfuerzos extraordinarios para fortalecer la diplomacia y la cooperación internacional entre los pueblos".
Todo eso, sólo nueve meses después de su elección ¿Cómo era posible?
Desde la perspectiva de ocho años transcurridos - y a años luz del estruendoso «Yes, we can! » -, se puede efectivamente contemplar la extensión de la paz que él ha contribuido a crear y a diseminar en el mundo árabe.
Un mundo árabe arruinado por una estación funesta que él ha contribuido a crear y que ha sido falazmente bautizada como "primavera"[3].
Un mundo árabe desangrado, eviscerado, descabezado y con la sangre de sus ciudadanos salpicando los escombros y regando los campos.
Un mundo árabe perseguido por criaturas barbudas cortadoras de cabezas, aficionadas a la carne humana y aniquiladoras de la esperanza.
Un mundo árabe que se ha convertido en el mayor escenario de la trashumancia humana desde la Segunda Guerra Mundial [4].
Un mundo árabe, donde las tensiones religiosas han sido alimentadas, atizadas y exacerbadas: musulmanes contra los cristianos, suníes contra chiíes y suníes contra los suníes.
Un mundo árabe cuyos ciudadanos que viven en Occidente soportan las afrentas de una islamofobia nauseabunda, la peor de la historia contemporánea.
De hecho, ¿no fue Obama quien hizo estas declaraciones pomposas en su "famoso" discurso de El Cairo?
« Yo he venido a buscar un nuevo comienzo entre los Estados Unidos y los musulmanes del mundo entero. »
Y también:
« Los pueblos el mundo pueden vivir juntos en paz […] este debe ser nuestro trabajo, aquí, sobre la Tierra » [5].
Barack Obama: discurso de El Cairo (4 junio 2009)
Pero, ¿quién se supone que debe ser galardonado con el Premio Nobel de la Paz? El testamento de Alfred Nobel, no obstante, es claro:
« Una persona que ha completado el más grande y el mejor trabajo por la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de las fuerzas armadas y la celebración y promoción de congresos por la paz » [6].
El testamento de Alfred Nobel (1895)
¿Cómo el comité Nobel Puede pretender que Obama ha actuado en la promoción de la paz cuando él acabada de ser elegido? ¿Era éste un premio por acciones futuras que el comité habría visto en una bola de cristal noruega? Si es éste el caso, el comité debe imperativamente releer el testamento de Alfred Nobel o, al menos, cambiar de bola.
En efecto, la cristalomancia ¿no les ha revelado que, cada martes, Obama decide personalmente qué personas deben ser liquidadas con la ayuda de drones [7]? Y que la mayoría de las víctimas de estos “martes de la muerte” son objetivos civiles [8]?
Ciertamente Obama ha distendido la atmósfera con Irán y ha favorecido las relaciones diplomáticas con Cuba.
Por el contrario, él ha contribuido fuertemente a recrear un clima de nueva guerra fría con Rusia, con todo lo que esto puede suponer como peligro a escala planetaria. En efecto, el papel activo de su administración en la ayuda a los neonazis ukranianos después de los dramáticos acontecimientos de Euromaidán ha permitido el éxito de un golpe de estado en toda regla en Ukrania [9].
Este episodio de flagrante injerencia de Estados Unidos no es, por otra parte, más que remake sangriento de una cierta «revolución naranja" de la época de un famoso “pacifista” estadounidense llamado G. W. Bush. Un presidente con mala suerte que no ha sido «lamentablemente» honrado por el comité del Nobel a pesar de que él trabajó de manera constante en la destrucción de algunos países musulmanes, por no hablar de sus notables esfuerzos en la popularización del lanzador de zapatos.
A cada uno su "revolución".
Y ello sin decir que la desestabilización de Ucrania, país limítrofe con Rusia –y con la cual comparte lazos históricos, culturales y económicos- ha tenido por efecto perturbar seriamente toda la geopolítica de la región y de crear tensiones entre Europa y Moscú.
A este respecto, el periodista australiano John Pilger menciona que:
« La Administración Obama ha fabricado más armas nucleares, más cabezas nucleares, más sistemas de vectores nucleares, más centrales nucleares. Los gastos en cabezas nucleares han aumentado más con Obama que con cualquier otro presidente norteamericano » [10].
Antes de agregar:
« En el curso de los dieciocho últimos meses, la mayor concentración de fuerzas militares desde la segunda Guerra Mundial –operada por los USA- ha tenido lugar a lo largo de la frontera occidental de Rusia. Es preciso remontarse a la invasión de la Unión Soviética por Hitler para encontrar una amenaza similar a Rusia por tropas extranjeras » [11].
En el conflicto palestino, las promesas y las expectativas eran enormes. El primer presidente negro de los Estados Unidos, cubierto con la aureola de los santos y envuelto en un carisma inconmensurable por los medios de comunicación, no podía permanecer indiferente a la suerte de los palestinos que han sido despojados de la tierra y vulnerados sus derechos más elementales. Él debía actuar, sobre todo después de su "célebre" discurso de El Cairo.
«Durante dos decenas de años, se ha producido un estancamiento [...]. [...] La única solución para responder a las aspiraciones de ambas partes pasa por dos estados [...]. Es por eso por lo que tengo la intención de seguir personalmente esta solución, con toda la paciencia que la tarea requiere. Las obligaciones que las partes han asumido en el marco de la hoja de ruta son claras. Porque la paz llega, es el momento para ellos - y para nosotros - asumir nuestras responsabilidades » [12].
Obama ha asumido la responsabilidad tan en serio que es probablemente el presidente de Estados Unidos que ha hecho el menor esfuerzo para resolver el problema palestino. Durante sus dos mandatos consecutivos, la colonización de la tierra palestina ha continuado sin cesar y hubo no menos de dos matanzas perpetradas por Israel en Gaza. Miles de muertos y un desastre humanitario en vivo en todos los medios de comunicación "principales" sin que ello altere el ceño del inquilino de la Casa Blanca.
Veamos lo que dice Alain Franchon sobre este capítulo:
« En este conflicto, los Estados Unidos decían asegurar, después de veintiséis años, el papel de un "intermediario honesto". Esta ambición finalizó. El presidente Barack Obama ha respaldado un movimiento comenzado en la década de 1990: Washington abandona de hecho». [...] La posición inicial de Estados Unidos ha cambiado. Ella se niega a priori al menor contratiempo sobre Israel » [13].
Es aún peor. Justo antes del final de su segundo y último mandato, él acaba de hacer un espléndido regalo a Israel por medio de felicitaciones por su excelente trabajo de limpieza étnica y de colonización eficaz y continúa de Palestina: una ayuda militar sin precedentes de 38 mil millones de dólares en 10 años [14]!
Más muertos, más colonización, más odio.
Pero ¿Podía esperarse algo mejor de este presidente? Nanay. En un artículo publicado el 20 de enero del 2009, día de su primera toma de posesión, yo escribía acerca de su programa:]!
« En el capítulo de la política exterior del presidente Obama consagrado al Estado Hebreo el título habla por sí mismo, incluso sensacionalista:" Barack Obama y Joe Biden: una carpeta de soporte sólido de seguridad, la paz y la prosperidad de Israel”. Entre las acciones de la nueva presidencia se puede leer: asegurar una fuerte asociación EE.UU.-Israel, apoyar el derecho a la autodefensa de Israel y apoyar la ayuda exterior a Israel. En los detalles de este último, leemos que el presidente Obama y su adjunto se han comprometido a ofrecer siempre el apoyo anual de la ayuda militar y económica a Israel. Se recomienda encarecidamente el aumento de los presupuestos y apelan a continuar la cooperación con Israel en el desarrollo de la defensa antimisiles » [15].
Promesas ¿No es cierto?
En el dossier libio, cuando una solución pacífica estaba al alcance de la mano, Obama optó, junto con su secretaria de Estado, Hillary Clinton, por la eliminación de Gadafi y la devastación total de Libia [16].
« We came, we saw, he died! » (¡Vinimos, vimos, murió!)
Es así como ella reaccionó al anuncio del sórdido linchamiento del jefe libio, con una risa de felicidad y ojos espumeantes de alegría [17].
Reacción de Hillary Clinton al anuncio de la muerte de Kadhafi
Subcontratando la destrucción de Libia con sus aliados europeos y árabes del Golfo, el gobierno de Estados Unidos no sólo ha provocado la muerte de miles de libios, sino que ha logrado convertir este país que fue próspero en una tierra donde reina el caos y las hordas desenfrenadas de yihadistas islamistas. Y como en el caso de Ucrania, la inestabilidad generada en Libia ha producido metástasis en toda la región, afectando permanentemente a numerosos países africanos vecinos [18].
Sirte (Libia) bajo los escombros
La "primaverización" de Siria representa sin duda alguna el summum de la política "pacifista" del presidente Obama. Iniciada por manifestaciones no violentas de apariencia espontánea, la revuelta popular de la calle siria fue meticulosamente urdida por agencias de Estados Unidos a de "exportación" de la democracia [19]. Rápidamente se metamorfoseó en una guerra civil, la más terrible de este principio de siglo.
Y las cifras de este país arruinado hablan por sí solas: casi medio millón de muertos [20], más del % de la población desplazada, de la cual casi casi 5 millones huyó al extranjero [21].
Según recientes datos de la Comisión Europea:
« Los refugiados sirios constituyen de aquí en adelante la más importante población de refugiados en el mundo, salida de un mismo país en una misma generación» [22].
Refugiados sirios en el punto del pasaje Peshkhabour en Dahuk (430 km al noroeste de Baghdad, Irak), le martes, 20 de agosto de 2013
(AP / Hadi Mizban)
Según el Washington Post, la CIA no gasta menos de un billón de dólares por año para armar y entrenar a los rebeldes sirios [23]. Numerosos testimonios e investigaciones muestran que la administración de Estados Unidos ayuda a los "cortadores de gargantas " y "devoradores de corazones" yihadistas con el fin de derrocar al gobierno sirio [24, 25].
Yihadistas sirios en una tienda suministrada por la USAID
Para hacerlos más “amables” a los ojos de la opinión pública, especialistas en relaciones públicas han sido encargados de darles un Look “respetable”. Así, por ejemplo, los medios de comunicación de todo el mundo que nos han inundado con imágenes de salvadores heroicos, arriesgando sus vidas para salvar las de sus conciudadanos bombardeados por la aviación siria. Estos "héroes", reconocibles por sus cascos blancos - los "Cascos Blancos" - se han convertido en los protagonistas de un documental producido por Netflix en su honor [26]. Incluso los han propuesto para el premio Nobel de la paz con estrellas estadounidenses como George Clooney, Ben Affleck, Daniel Craig o Justin Timberlake [27]. Nada más y nada menos.
Los "White Helmets", Cascos Blancos: la historia interior
En dos artículos notables, el periodista Max Blumenthal desmonta toda la maquinaria de propaganda que se oculta detrás de los "White Helmets" o "Cascos Blancos" [28, 29]. Estos temerarios salvadores no son en realidad más que yihadistas "casqueados", financiados por la "United States Agency for International Development" (USAID), el más importante de los organismos norteamericanos de "exportación" de la democracia [30]. Un documento del Departamento de Estado de fecha 27 de abril el año 2016 muestra que esta organización ha financiado a los "Cascos Blancos" por una suma de $ 23 millones [31]. Una pequeña parte del presupuesto de alrededor de $ 340 millones de dólares aportados por USAID para « actividades de apoyo que persiguen una transición pacífica hacia una Siria democrática y estable » [32].
Uno de los más grandes éxitos de los especialistas de relaciones públicas que trabajan con los rebeldes sirios es el caso del "niño pequeño en el asiento naranja". Se trata de la fotografía estéticamente emotiva de un niño sirio de cinco años llamado "Omran Daqneesh". La foto, que ha provocado un zumbido en internet, ha sido también ampliamente difundida por los principales medios de "comunicación". Ella muestra a un niño sentado en el asiento naranja de una ambulancia, cubierto de polvo, con el rostro ensangrentado y aspecto demacrado. El niño habría sido extraído de los escombros de un barrio de la ciudad de Alepo por los "Cascos Blancos".
Omran Daqneesh en la portada de New York Times (19 agosto 2016)
La fotografía es tan impactante que hizo reaccionar a un niño estadounidense de seis años, Alex, que escribió al presidente Obama en persona. Él le pidió que hiciera lo necesario para conducir al pequeño Omran a los Estados Unidos a fin de acogerlo en su casa dar la bienvenida a su casa y compartir con él sus juguetes y los de su hermana.
Ah! Buenos sentimientos de los niños! Tan hermoso como la imagen del pequeño Omran! Tan hermoso que la carta fue publicado en su totalidad en el sitio web de la Casa Blanca acompañado de un video del pequeño Alex [33]. La vacilante escritura joven estadounidense, infantil y aplicada, ha roto la blogosfera, tanto como la foto del "niño pequeño en el asiento de naranja".
Alex escribió a Obama (21 septiembre 2016)
Pero el máximo interés está en la persona que ha fotografiado al niño sirio herido porque entonces la historia se vuelve quebradiza. El fotógrafo es un tal Mahmoud Raslan que trabaja con el AMC (Aleppo Media Center). Según algunos observadores de la escena siria, el AMC está financiado por el Gobierno de Estados Unidos, y también por el de Francia y de Gran Bretaña [34].
Lo más dramático, es que Mahmoud Raslan no oculta su simpatía por bárbaros yihadistas, especialmente los del grupo de Al Zinki [35]. Este grupo de rebeldes que ha sido acusado por Amnistía Internacional de secuestros, torturas y ejecuciones sumarias [36]. Estos mismos rebeldes que degollaron, unas semanas antes, a un niño de doce años, y que han llevado el horror hasta filmar el mismo momento de cometer su crimen abominable [37], horrible crimen que no ha conocido el mismo bombo mediático que el del pequeño Omran salvado por los "White Helmets" o "Cascos Blancos".
Omran Daqneesh: la historia interior
Estos mismos rebeldes que los Estados Unidos financian, arman y cuyos salarios pagan a través del MOM (Centro de operaciones conjuntas) [38, 39].
¿Ha habido cartas escritas al Presidente Obama para denunciar el comportamiento bestial de estos rebeldes? ¿Misivas para llorar al niño decapitado? La respuesta es, por supuesto, negativa.
La Casa Blanca ha difundido ampliamente la carta del pequeño Alex. Obama la ha leído en su discurso ante los líderes mundiales en la cumbre sobre los refugiados celebrada en la ONU el 20 de septiembre último. Él ha posteado después el siguiente mensaje en su página de Facebook:
«Estas son las palabras de un niño de 6 años de edad: un niño que no ha aprendido a ser cínico, sospechoso, o tener miedo de los demás debido a su procedencia, del aspecto que tienen o cómo rezan. [...] Imagínense lo que sería el mundo si todos fuéramos como Alex » [40].
Obama habla de Alex en la ONU (20 septiembre 2016)
Fue « un muy buen golpe de com'» según algunos [41]. Es lo menos que podemos decir, porque si bien es cierto que la verdad sale de la boca de los niños, ella sale raramente de la de los adultos.
Sobre todo de la de un adulto que está al mando del país más poderoso del mundo y que tiene el poder de poner fin a la desgracia de "Omran" o al drama de los "Aylan" [42].
Pero en lugar de esto, él continúa financiando, apoyando y provocando las desgracias y los dramas.
El pequeño Alex debería saber que durante los dos períodos del presidente Obama, cientos de "Aylan" y miles de "Omran" palestinos fueron víctimas de las bombas israelíes sin que ello despertara la menor indignación de la administración norteamericana.
Que cientos de "Aylan" y "Omran" yemeníes sufren cada día el martirio bajo las bombas suministradas por Estados Unidos a Arabia Saudita, su fiel aliado, país belicista y medieval [43]. Con miles de muertos, de los cuales un tercio son niños, « el horror en Yemen revela la hipocresía asesina de los exportadores de armas, tales como Gran Bretaña y los Estados Unidos » [44]. A pesar de todo esto, el gobierno de Obama no ha cesado jamás de ayudar a la industria de la muerte saudí:
« La administración Obama ha realizado más de $110 millones de transacciones de armas con la monarquía saudí. El ejército de Estados Unidos continúa repostando los aviones de la coalición y suministrando información, y los responsables norteamericanos y británicos se han reunido físicamente con los saudíes que bombardean (Yemen) » [45].
En una editorial en el New York Times, titulada "Estados Unidos es cómplice en el derramamiento de sangre en Yemen", se puede leer:
« Los expertos [US] dicen que la coalición [liderada por Arabia Saudita] sería clavada en el suelo sin el apoyo de Washington » [46].
Escena del Yemen actual
También se debería presentar a Alex la ilustre Madeleine Albright, ex secretaria de Estado estadounidense, quien dijo que la muerte de 500.000 niños iraquíes debido al embargo de Estados Unidos fue un precio « que valió la pena » [47].
Madeleine Albright y los 500 000 niños iraquíes (12 mayo 1996)
Y por qué no mencionar también, de pasada, que el presidente a quien ha escrito su hermosa carta, ha recompensado a Albright otorgándole, en 2012, la "Medalla Presidencial de la Libertad" [48], el más alto honor civil de los Estados Unidos?
Obama condecora a Albright (29 mayo 2012)
No se puede más que estar de acuerdo con el Washington Post en el punto siguiente:
« En tanto que presidente, los más grandes momentos de Obama han sido a menudo sus alocuciones » [49].
Del discurso de El Caire (junio 2009) al de la ONU (septiembre 2016), la presidencia de Obama no ha sido más que un vulgar desplazamiento de aire que oculta drones asesinos, guerras frías, sospechosas primaveras y barbudos sanguinarios.
Es probablemente por esta razón que el antiguo director del Instituto Nobel noruego ha declarado que:
« Barack Obama se ha mostrado indigno de su premio después de haberlo recibido » [50].
Es evidente que el fracaso total de su protegida, Hillary Clinton, en las recientes elecciones presidenciales norteamericanas es una flagrante desautorización de su política belicosa y destructiva que ha cultivado cuidadosamente durante ocho años.
Sin embargo, mezclando la inocencia de los pequeños Alex y Omran con su gestión calamitosa de los asuntos del mundo, el único Premio Nobel que debiera ser otorgado oficialmente a Obama después de sus dos mandatos es el, muy merecido, Nobel de la hipocresía profesional.
Notas
|
Este artículo fue publicado (en francés) por la revista África Asia (diciembre de 2016)
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